"Los hombres y pueblos sin memoria, de nada sirven; ya que ellos no saben rendir culto a los hechos del pasado que tienen trascendencia y significación; por esto son incapaces de combatir y crear nada grande para el futuro".
Salvador Allende.
Discurso en la Cámara de Diputados. 1939


viernes, 23 de enero de 2009

la transición socialista en el congreso

Chile es la primera nación que pone en marcha una nueva transición hacia el socialismo

la huelga de camioneros

ciudadanos constructores

luchador social

Salvador Allende en la ONU

Conversación con Allende



In this historic interview with Salvador Allende, Chile's new president articulates his basic beliefs and lays out the program he intended to persue as leader of the Popular Unity government. The conversation shows with rare candor Allende´s deep-seated belief in the Chilean Constitution and in the ability of his coalition to maintain control for the elected six-year period. He discusses the legal road to socialism, the anticipated problems with the Nixon Administration and the CIA, and how he planned to handle the antagonism of the Chilean bourgeoisie. He also talks about his early days as doctor, recounting how his medical career and contact with the poor led to his conversion to socialism

USA vs Allende



Documental chileno sobre la intervencion de los Estados Unidos en la caida del presidente Salvador Allende

La CIA en la caída de Allende

Salvador Allende

Lista de reproducción (para ver en pantalla grande):


nixon, globalización y socialismo

Allende y Neruda

El Mercurio, la traición mediática

El asesinato del general Schneider

El pleno empleo y el gobierno de la Unidad Popular



Este registro corresponde al primer año del gobierno de Allende, tiempo en que aun no se materializaba la intervención de la derecha y de nixon, y en el que se lograron grandes avances, entre ellos, se alcanzaba por primera vez en la historia de Chile el Pleno Empleo

"tengo fe en el trabajador chileno"

Nacionalización del Cobre - 1971



CEREMONIA DE LA FIRMA DE LA LEY DE NACIONALIZACION DEL COBRE

PALACIO DE LA MONEDA - AÑO 1971.

La Ley de la Nacionalización del Cobre promulgada por el Presidente Salvador Allende, significó la culminación de un largo proceso de lucha de los sectores políticos y del pueblo mas patrióticos que siempre reivindicaron como una necesidad de soberanía, recuperar el Cobre para los chilenos.

Ya Luis Emilio Recabarren, lo planteaba en un artículo en el Diario El Socialista de Antofagasta en 1920:

"Los problemas de la miseria y de la esclavitud no terminarán mientras tanto la clase obrera se resigne a sufrir la actual organización social.
Nacionalicemos las industrias extractivas. Nacionalicemos las minas del carbón, las salitreras, los bosques, el cobre, la agricultura y procedamos a que toda la industria nacionalizada sea administrada bajo el control de comisiones nombradas por el gobierno o las municipalidades respectivas".

Posteriormente, en 1951 los Senadores del Partido Comunista de Chile Salvador Ocampo y Elías Lafertte presentaban en el Congreso el 1° Proyecto de Ley de Nacionalización del Cobre.

Este anhelo del pueblo de Chile, fue materializado por el Gobierno de la Unidad Popular y el Presidente Allende llamó a este hecho "Lo más importante después de la Independencia de Chile".

Nixon sobre Allende

responde a Nixon

¿Por que socialismo?

a los trabajadores



Último discurso del Presidente de Chile, Salvador Allende



9:10 A.M.

Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.

Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.

Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.

Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.

El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.